sábado, 30 de marzo de 2013

EL CINE EN CLASE


CAPÍTULO 1
EL INVENTO DEL CINE

El cine es un arte que posee un lenguaje propio, que nosotros somos capaces de entender porque hemos crecido rodeados de él, pero no hace mucho resultaba tan extraño que incluso daba miedo.



El nuevo invento del cine, fue posible gracias a toda una serie de progresos científicos que arrancan desde siglos atrás.  Así se descubrió el llamado “efecto feed”, en el cual se basa el cine: cuando vemos algo y desaparece de pronto, los ojos conservan su imagen durante una fracción de segundo (1/15 sg), por lo que el cerebro continúa “viendo” durante un instante lo que ya ha desaparecido. A ello se debe que no seamos conscientes de la cantidad de veces que parpadeamos al día, o que si agitamos una linterna en la oscuridad veamos una línea iluminada. Una película no es más que una sucesión de fotografías tomadas del mismo objeto o persona a distintos intervalos. Cuando esos fotogramas se proyectan a cierta velocidad, el cerebro va asociando las imágenes de modo que no percibe los cortes y las interpreta como imágenes en movimiento.
El problema era crear una máquina capaz de hacer todas esas fotografías (fotogramas) y después reproducirlas a la velocidad suficiente como para que parecieran en movimiento. Hasta llegar a conseguir esa máquina, aparecieron y desaparecieron muchos aparatos de los que podemos destacar los siguientes:

·    La llamada “linterna mágica”, que era un aparato utilizado en el siglo XVII para proyectar imágenes. En su interior había una vela ante la cual se colocaba un vidrio con una imagen coloreada como si fuera una diapositiva, y de ese modo se proyectaba.
·    La cámara fotográfica (siglo XIX), sin la cual el cine no sería posible ya que su base es la fotografía en movimiento.
·    Los juguetes que creaban ilusiones ópticas
·    El Kinetoscopio, en cuyo interior un motor movía 46 imágenes por segundo. Fue inventado por Edison, y en él, el espectador, tras introducir una moneda, podía ver una pequeña “película” de manera individual a través de un visor. 

Pero hasta la llegada del cinematógrafo no fue posible la proyección de esas imágenes ante el público. La primera vez que un espectador vio imágenes en movimiento proyectadas fue en París en 1895, y fue gracias a los hermanos Lumière. Su cinematógrafo permitía tanto grabar como proyectar. Para conseguirlo se basaron en el mecanismo de una simple máquina de coser y lo aplicaron a su cámara. Al igual que la aguja de la máquina, la película iba pasando ante el objetivo “a saltos” y no de manera continua. De ese modo cada fotograma quedaba ante el objetivo el tiempo justo para ser impresionado y al momento era sustituido por otro fotograma virgen. Era portátil y funcionaba a manivela, con película perforada de 35 mm, a 16 fotogramas por segundo.

El impacto que produjo el cinematógrafo fue enorme gracias a la gran veracidad de las imágenes, y desde ese año, los Lumière recorrieron las provincias y el extranjero presentándolo. Entre sus primeras películas destacan: La salida de los obreros de la fábrica Lumière, Riña de niños y una de sus más famosas obras, La llegada del tren a la estación, que provocó el pánico entre los espectadores que creían que el tren se les echaba encima.

CAPÍTULO 2
PEQUEÑA HISTORIA DEL CINE

La popularidad del cinematógrafo creció tanto y a tal velocidad que pronto comenzaron a construirse espacios específicos tanto para la producción como para la reproducción de cine. Esa pasión por ver cine fue aumentando según iba mejorando la calidad de cada nuevo aparato inventado.
La mejora de los aparatos daba nuevas ideas a los pioneros, que rápidamente comenzaron a ver que las posibilidades que el cine ofrecía para contar una historia eran casi infinitas. Y de ese modo, los directores que trabajaron en el tránsito del siglo XIX al XX, fueron creando un lenguaje específico. En 1900 ya se empleaban distintos puntos de vista, panorámicas, planos de distinto tamaño, trucos en el montaje etc.
En estos orígenes mudos un personaje fundamental fue el director estadounidense David W. Griffith, quien organizó todas las aportaciones habidas hasta mediados de la década de los años diez, y las concretó en dos películas que han pasado a la Historia del cine como emblemáticas: El nacimiento de una nación (1915) e Intolerancia (1916).
La incorporación del sonido aún tardaría tiempo. Desde el principio se intentó acoplar al cinematógrafo tanto el fonógrafo de Edison como el gramófono de Emil Berliner, pero el resultado no era de gran calidad.
La Warner Bros fue la empresa que se arriesgó a producir las primeras películas “sonoras” y “habladas”. La pionera de todas fue El cantor de jazz (1927). Este nuevo paso tecnológico va a influir de manera determinante en la industria del cine y en la creación de su lenguaje específico.
A la Warner se le unieron pronto otras compañías. Cada una utilizaba un sistema diferente para sonorizar las películas, lo cual obligó a decidir adoptar un sistema estándar de sonido para evitar el caos en la industria. El elegido fue el llamado sonido óptico, que consistía en grabar el sonido en la propia película de la imagen.
Las primeras películas sonoras que comenzaron a circular por todo el mundo se adaptaron a las circunstancias del momento. Los Estudios afincados en Hollywood comenzaron a producir películas en varias versiones (idiomas) con el fin de comercializar cada una en su correspondiente país, ya que las versiones originales con subtítulos eran rechazadas en la mayoría de los países. Este sistema perduró durante unos años hasta que vieron que resultaba muy costoso. Fue el momento en que los productores decidieron adoptar el doblaje como opción más económica. Con el tiempo, se adoptó e implantó definitivamente dicho procedimiento en casi todos los países.
La revolución que supuso la llegada del sonido y la problemática económica y técnica que ocasionó a los grandes Estudios estadounidenses en las primeras películas sonoras, fue tal que incluso se reflejó en una película: Cantando bajo la lluvia (1952), de Stanley Donen.
Desde entonces, el cine ha estado en constante evolución y crecimiento. Su difusión se ha generalizado y popularizado tanto, que hoy, ese lenguaje específico formado durante décadas es comprendido por todos sin esfuerzo.

CAPÍTULO 3
ELEMENTOS  DEL LENGUAJE CINEMATOGRÁFICO

El cine es un lenguaje que, al igual que cualquier otro lenguaje posee su propia gramática y ortografía.  
La unidad base del lenguaje cinematográfico es el plano. Si comparamos una película con una novela, el plano sería el equivalente a una palabra. Y a su vez esa palabra estaría formada por letras, que en nuestro caso son las imágenes.
Un plano incluye todo lo que se graba “del tirón” desde que se enciende hasta que se apaga la cámara. Puede durar segundos o minutos. Existen varios tipos de planos, dependiendo de la cantidad de información visual que muestren Los planos básicos son:
·      Plano General. Es aquel en el que predomina el decorado sobre el personaje. Se utiliza cuando se pretende situar espacialmente el conjunto de los elementos que se ven.
·      Plano tres cuartos o plano americano. Es aquel en el que se corta la figura por las rodillas.
·      Plano medio. Es el que corta la imagen a la altura de la cadera.
·    Primer plano. Es el que se centra en el rostro pero también es aquel que incluye una parte completa del cuerpo.
·      Plano de detalle. Es el que abarca una parte incompleta de un cuerpo o un objeto. Se emplea para hacer hincapié o llamar la atención sobre algo en concreto.

No hay reglas estrictas sobre la conveniencia de elegir un tamaño u otro de plano; de hecho lo habitual es combinar diversos modelos de planos.
En el aspecto final del plano influye la altura y el ángulo en el que se coloca la cámara. Según estos dos aspectos distinguimos diferentes tipos de ángulos: Los habituales son:
·    Normal: Es aquel en el que la cámara se coloca a la altura de los ojos y por tanto ofrece el punto de vista más cercano a lo que sería la realidad.
·    Picado: La cámara se coloca a una altura mayor que la persona o cosa que filma, de modo que el objetivo se dirige hacia abajo. Este plano suele usarse para minimizar o ridiculizar a un personaje, pero también puede dar sensación de ruina, fatalidad etc..Cuando la cámara se coloca justo encima de lo que filma se llama plano cenital.
·    Contrapicado: La cámara se coloca a una altura menor que la persona o cosa que filma, de modo que la graba de abajo a arriba. Se usa dar sensación de superioridad o triunfo, pero también para sugerir amenaza, poder, maldad etc.. Cuando la cámara se sitúa justo debajo del personaje se llama plano nadir.
·    Aberrante: Es aquel que se toma con la cámara inclinada lateralmente por lo que el encuadre parece desequilibrado. Se usa para dar sensación de movimiento, o para transmitir algo inquietante.
·    Gusano: Es aquel en el que la cámara se sitúa a ras de suelo.

Los planos se agrupan formando una escena, que serían el equivalente a un párrafo de la novela. Cada escena relata una acción que se desarrolla en un mismo lugar y tiempo, y que no es independiente.
Varias escenas juntas forman una secuencia, que sería el equivalente a un capítulo entero de la novela. La secuencia contiene la narración completa de una acción significativa dentro de la película. Es decir, narra un trozo de la historia que tiene sentido por si mismo: una huída, una persecución, un rescate, una celebración etc... La duración de una secuencia es muy flexible y depende de lo que esté contando.
El encadenamiento de los planos para formar escenas, y de las escenas para formar secuencias, debe hacerse dando siempre la sensación de movimiento y tiempo real. Para ello los directores se ayudan de los movimientos de cámara que dotan a las imágenes de gran realismo.
Los principales movimientos de cámara son:
·    La panorámica. Es un movimiento de la cámara sobre su eje horizontal, vertical o diagonal, pero sin moverse del sitio. Para lograrlo la cámara va apoyada en un trípode. La panorámica realizada tan rápida como para emborronar la imagen se denomina “barrido”.
·    El travelling. Es un movimiento en el que la cámara se desplaza en relación al escenario. Se realiza colocando la cámara en unos raíles para facilitar su movimiento.
·    El zoom, o travelling óptico,. Es un movimiento en el que gracias a los objetivos, se acerca o se aleja la escena, pero la cámara en realidad no se mueve.
·    El steadycam. Es un movimiento libre de la cámara. Se consigue con un sistema de suspensión y absorción del movimiento que permite al operador realizar tomas de seguimiento en situaciones imposibles para un travelling; por ejemplo, subiendo una escalera o a través de los árboles de un bosque.
·    La Grúa. Es un movimiento amplio ascendente o descendente para situar la cámara a grandes alturas.

Todos estos elementos que acabamos de ver (planos, secuencias, escenas etc..) tienen que presentar una coherencia, de modo que formen partedos planos que van seguidos, parezca que de verdad se han rodado seguidos, aunque estén rodados en lugares y momentos distintos (como suele suceder).
Esta sensación de continuidad se consigue respetando una serie de elementos como son la luz, el decorado, el vestuario, el maquillaje, el sonido etc.. que deben ser iguales en todos los planos que vayan seguidos. Si por ejemplo cambiara la luz entre dos planos que de una misma escena, parecería que hubiéramos cambiado de lugar o de tiempo.
El conjunto de estos elementos que deben respetarse reciben el nombre de “raccord”. La persona encargada de controlar el raccord recibe el nombre de script o secretaria/o de dirección.

      Otros recursos narrativos y expresivos son
·    el flash back: consiste en interrumpir la unidad temporal para intercalar una acción ya ocurrida o un recuerdo.  Si en vez de al pasado vamos al futuro, se llama flash forward.
·    la aceleración: se logra rodando a velocidad más lenta de los normal (8 fotogramas por segundo), de modo que al proyectarlo a velocidad normal (16 fotogramas por segundo) la imagen parece estar acelerada. Suele usarse como efecto cómico.
·    la ralentización: se logra rodando a velocidad más rápida de los normal (72 fotogramas por segundo), de modo que al proyectarlo a velocidad normal (16 fotogramas por segundo) produce el efecto de cámara lenta.

  CAPÍTULO 4
LA ESTÉTICA CINEMATOGRÁFICA

Los principales elementos que definen la estética de una película concreta son: el decorado, el vestuario, la luz, el color y el sonido.
El vestuario ayuda a crear el personaje, por lo que es una parte esencial de la  película. Un mal vestuario haría que fuera poco creíble. Todo lo concerniente a las ropas que lucirán los actores es tarea del diseñador de vestuario, que deberá adecuarse al momento en que esté ambientado la película.
Los decorados  son el escenario en el que sucede la acción. Pueden ser naturales o creados específicamente para el rodaje; hoy en día se suele rodar más en escenarios naturales. Sea como sea, de su gestión se encarga el director artístico .
El color y la luz, son otros dos elementos básicos. La luz es una necesidad, ya que sin luz no se puede rodar. Pero también tiene función creativa, ya que según sea natural o artificial, según su ubicación, su cantidad etc.. una figura u objeto se ve muy diferente.
El color está íntimamente ligado a la luz. Es un elemento fundamental para dar sensación de realidad a lo que sucede en la pantalla (no es lo mismo ver sangre roja, que en blanco y negro), pero además, se utiliza por su valor simbólico (valores negativos para el negro, positivos para el blanco, calidez y pasión para el rojo, frialdad para el azul etc).    
Del control de estos dos elementos se encarga el director de fotografía, quien debe procurar un ajuste perfecto de las luces para que no se note que ha sido grabado en distintos sitios y a distintas horas, es decir para mantener el raccord.
El sonido existe en el cine desde los años 30, y al principio no fue bien recibido por todos. Desde entonces forma parte esencial de la película, con la misma categoría que la imagen. Debido a su importancia le dedicaremos un capítulo aparte. 

CAPÍTULO 5
LA BANDA SONORA

El cine es un espectáculo que aúna imagen y sonido. La imagen se registra en un soporte llamado celuloide, por medio de fotogramas. En ese mismo celuloide se registra también una banda que contiene información sonora. Por ese motivo al sonido de una película se le llama de modo global banda sonora.
El sonido llegó a la banda sonora gracias al micrófono, que convierte el movimiento físico de las moléculas del aire en impulsos eléctricos capaces de ser grabados. Los primeros micrófonos tenían el inconveniente de que captaban cualquier sonido, viniese de donde viniese, lo cual hacía complicado grabar diálogos o sonidos de ambiente.  Hoy en día contamos con micrófonos de precisión que se clasifican según diferentes criterios, como puede ser su direccionalidad. Según esta categoría, los más usados en el mundo del cine son
-          Micrófono Omnidireccional, cubre un ángulo de 360º y es útil para sonidos de ambiente, pero no sirve para grabar sonidos aislados.
-          Micrófono Cardiode, recibe este nombre por que el espacio que cubre tiene forma de corazón. Es muy sensible al sonido frente a él y nulo al situado detrás.
-          Micrófono Direccional, posee un área de sensibilidad de 40º. Es perfecto para grabar de lejos, cuando hay problemas y no puede utilizar un micrófono sin que se vea al rodar.
-          Micrófono de solapa, se engancha a la ropa, o se disfraza en perneras y mangas del vestuario. Es idóneo para grabar los diálogos en planos amplios.

Saber qué micrófonos usar es fundamental para conseguir una banda sonora de calidad.
Cuando hablamos de banda sonora, la mayoría de la gente piensa que hablamos de la música de la película, pero la banda sonora consta de tres elementos: voz humana (diálogos), ruidos o efectos sonoros y música. Todos son fundamentales, ya que en conjunto condicionan nuestra percepción de la narración dándole distintos significados.

1.       EL DIÁLOGO Y LOS EFECTOS SONOROS
Desde la aparición de las primeras películas sonoras, los diálogos se convirtieron en una de sus partes esenciales. Con ellos se cumple una doble función:
-         Informativa: ya que nos dan información sobre el argumento
-         Expresiva: ya que a través de ellos se transmiten las emociones de los personajes.

Por su parte, los efectos sonoros utilizados paralelamente a las imágenes se convirtieron en elementos de gran importancia expresiva, ya que crean ambientes y emociones.
Para que el sonido constituya un acompañamiento realista de la imagen hay que reproducir en la banda sonora lo que el espectador oiría si estuviera allí. Pero no es necesario grabar todos los sonidos que acompañan los distintos aspectos visuales de la vida real; sólo hay que incorporar los sonidos con un significado o interés concreto.
Por ejemplo cuando dos personajes hablan en el interior de un coche en movimiento, es conveniente oír el zumbido del motor para mantener la sensación de que estamos verdaderamente en el interior de un coche. Si ese sonido falta al empezar la escena, el espectador notará algo anormal. A partir del momento en que los personajes empiezan a dialogar, el ruido del motor ya no es preciso, porque el interés se centra en el diálogo. En la vida real, en una situación parecida, el ruido del motor también perdería importancia y dejaríamos de percibirlo. Sin embargo, no se puede cortar repentinamente la banda de ruidos y pasar a la banda de diálogos, ya que el corte llamaría la atención, y al darnos cuenta nos parecería artificial. Lo que se hace es bajar gradualmente el volumen de sonido del motor, hasta dejarlo en un punto mínimo.
A la hora de registrar en la banda sonora tanto estos sonidos como los diálogos, tenemos dos posibilidades:
-         sonido directo. Consiste en grabar diálogos y sonidos al mismo tiempo que se graban las imágenes. Es decir, el sonido que se graba es el que luego va a aparecer de verdad en la película. Esto genera bastantes problemas ya que cualquier sonido extraño obliga a repetir la toma; sin embargo es el modo más natural de recrear el ambiente.
-         Sonido de referencia. Consiste en grabar diálogos y sonidos pero no para utilizados de verdad en la película, sino como referencia para que los actores después la doblen y  los técnicos de efectos de sonido recreen el ambiente adecuado.

Por motivos obvios lo habitual es grabar ese sonido de referencia, y añadir los diálogos y efectos sonoros posteriormente. En el caso de los efectos es aún más lógico que se añadan en el laboratorio porque los sonidos de algunos objetos de la vida real no suenan como los oímos en el cine (disparos, rotura de un huevo, golpe de arte marcial), o no existen (espadas láser) o no tienen la calidad requerida en el momento de rodarse. En todos esos casos se recurre a los llamados “efectos sala”. Allí se recrean utilizándose los medios más insospechados, desde cajones de arena removidos con la mano o las chapas metálicas agitadas en un principio, hasta los modernos efectos digitales de hoy en día.
Cualquier cosa vale para intentar que el espectador crea lo que ve y lo que oye. Para lograrlo, a menudo se recurre a la exageración. En la vida real los (puñetazos, disparos, chirridos o golpes no suenan de manera tan contundente).
Dependiendo del origen de la fuente sonora distinguimos varios tipos de sonido:
-          voz o sonido en “in”: es el sonido relacionado con los personajes u objetos que estamos viendo en la imagen.
-          voz o sonido en “off”: es el sonido que no pertenece a personajes ni objetos de la película, por ejemplo la voz del narrador al que no vemos.
-          voz o sonido fuera de campo: es el sonido cuya procedencia no vemos pero podemos deducirla porque seguramente acabará apareciendo.

2.            LA MÚSICA
La música forma parte de la banda sonora de una película; no es la banda sonora en sí misma aunque su comercialización en CD se haga bajo ese nombre. Desde hace unos años se ha extendido un fenómeno de marketing que trata de explotar el aspecto musical de las películas. Para ello, en la banda sonora se incluyen una serie de temas que se usan en su promoción, aunque luego en la mayoría de los casos apenas suenan unos segundos en pantalla. Este fenómeno ha hecho que el concepto de “banda sonora” se use para aludir sólo a la música de la película, cuando en realidad eso se llamaría “banda sonora musical”.
La música es un elemento empleado en todas las películas. De hecho hay directores que no son capaces de concebir su película sin el acompañamiento musical, y a la hora de planificar las imágenes que van a rodar ya tienen en mente la música que debe sonar.
La música empleada en el cine se clasifica según dos categorías:
-          música diegética: Es la que pertenece a una fuente de sonido propia de la película: una radio que suena, un concierto al que asisten los protagonistas. Es decir, sería la música que suena “desde dentro” de la película, que los personajes pueden oír. Cumple una función de ambiente y sirve en ocasiones para identificar determinados espacios. Así, el primer plano de un personaje con esmoquin sentado en una butaca oyendo un aria nos lo sitúa en la ópera sin necesidad de más planos.
-          música extradiegética: Es aquella que nosotros oímos pero los personajes no, por ejemplo la música que suena durante una batalla, o la que suena cuando los enamorados se miran. Es la música que se compone o se adapta ex-profeso para la película y que por ello se integra como un elemento más de la narración dándole unidad. Se llama también música “incidental” y se aplica al cine por imitación de la ópera y el teatro.

Además de estos dos tipos, podemos encontrarnos con situaciones difíciles de clasificar. Es lo que llamamos Falsa diégesis. Consiste en utilizar música aparentemente diegética  pero que en realidad no lo es. Se usa mucho en películas históricas para aumentar la solemnidad de algún momento musical (por ejemplo una llegada del ejercito romano) de modo que suena mucha más música de la que realmente se escucharía dados los pocos instrumentos que aparecen en la pantalla.
Independientemente de si es diegética o no, la música de las película puede ser original (compuesta expresamente para el film) o no original (temas existentes con anterioridad) Pueden ser piezas que pertenecen a la época en que se sitúa la acción, como la música de Mozart en Amadeus,  temas populares de la cultura en la que se ambienta el film etc.. La música no original suele usarse menos porque a menudo resulta más cara que encargarla expresamente a un compositor, por el precio de los derechos de autor.

2.1.       FUNCIONES DE LA MÚSICA EN EL CINE
La música para cine cumple muy diferentes y variadas funciones. Hay que tener siempre en cuenta que es música inspirada por unas imágenes y pensada para acompañar a esas imágenes intensificando su efecto en nosotros. De todas sus funciones posibles, las fundamentales son las siguientes:

I)            Crear atmósfera:
Este aspecto se hace especialmente importante en el caso de las películas de terror. Una película de este tipo sin música apenas produce impresión. Para crear esta atmósfera tan especial existen una serie de recursos musicales muy fáciles de identificar.
-          los instrumentos se utilizan en registros extremos (muy agudo o muy grave)
-          la melodía se basa en muy pocas notas y es muy obsesiva. Se utiliza muchas disonancias y grandes saltos melódicos.
-          en el caso de intervenir la voz suele tener una parte melódica y otra de gritos y susurros
-          los matices van frecuentemente del pianissmo al fortísimo
Como ejemplos de todo esto podemos escuchar algún fragmento de Psicosis, Alien, el octavo pasajero, Tiburón, Drácula, El silencio de los corderos etc..
Otro caso típico de  creación de ambiente con música es el de las películas fantásticas. En ellas casi siempre suele aparecer el sonido del carillón o de la celesta como método para recrear un ambiente sobrenatural. Esto se debe a que un instrumentos de láminas de metal produce un sonido cristalino que se relaciona fácilmente con la magia.  El uso de este tipo de instrumentos asociados a lo fantástico, es algo que ya encontramos en la ópera “La flauta mágica” de Mozart o en el ballet “Cascanueces” de Tchaikovsky. Ejemplos modernos de esto los tenemos en E.T, Parque Jurásico, Star Trek etc.. El ejemplo más actual es el de Harry Potter y la cámara secreta.

II)        Situarnos en una época o lugar:
El tipo de instrumentos que suenan, los ritmos, los giros melódicos etc.. nos sitúan con mucha facilidad en la época que quiera el compositor. Para cumplir esta función suelen utilizarse a menudo instrumentos que se identifiquen rápidamente con la música típica de una región o momento histórico. Por ejemplo, la gaita en el caso de películas de ambiente celta, el clave para películas de época barroca etc...
Hay dos ejemplos muy claros de este uso de la música. Por un lado tenemos la película Braveheart, donde se utiliza la gaita para evocar el ambiente de la Escocia medieval. Otro es el tema de amor de El padrino que incluye una mandolina y un acordeón, instrumentos muy populares en Italia y sobre todo en Sicilia donde se ambiente la película.
Cuando no se puede utilizar una música similar a la del momento de la película porque en realidad no se conoce esa música, se suelen inventar características musicales que acaban identificándose con esa época o lugar. Ese es el caso de la música para películas de “romanos”. Esa música que nosotros reconocemos nada más oír como “de romanos”, ha sido creada y alimentada por generaciones de compositores que han considerado que debía ser así. Nadie sabe como sonaba la música realmente en el Imperio Romano pero todas la películas de esas época emplean para las escenas impactantes una música de carácter militar, grandilocuente, con ritmo muy marcado y protagonismo del viento metal. Como ejemplo clásico tenemos Ben Hur, y como ejemplo más actual Gladiator.
Otro tanto sucede con la música que rápidamente reconocemos como “de vaqueros” o “de película del Oeste” (Los sietes magníficos, El bueno, el feo y el malo etc..), o con la de películas de ciencia ficción para crear atmósfera

III)     Anticipar la acción:
La música que acompaña a algunas imágenes nos da pistas de lo que viene a continuación. La sensación de angustia que se crea antes de que aparezca por ejemplo un personaje terrorífico, se logra siempre gracias a la música. Igualmente cuando el protagonista y la protagonista de una película romántica se conocen a menudo ese primer encuentro suele acompañarse de una música que presagia un futuro romance. Cualquier película de las mencionadas antes. Este tipo de función la encontramos en cualquier tipo de película de cualquier género.


IV)      Intensificar el sentido de una escena:
Al añadir la música adecuada a unas imágenes se logran emociones más intensas en el espectador. Los dramas y las películas románticas utilizan mucho este recurso. Esta claro que los besos apasionados de cine no serían lo mismo sin una orquesta entera de violines sonando por detrás. En el extremo apuesto, las sensaciones tristeza, soledad, dolor etc.. son mucho más intensas acompañadas de música.
Este tipo de melodías presentan una serie de características comunes:
-          los instrumentos se utilizan generalmente en un registro medio, no inquietante.
-          La melodía es agradable y se puede tararear con facilidad. No emplea disonancias ni grandes saltos melódicos.
-          en caso de intervenir la voz lo hace de manera melodiosa
-          los matice son bastante regulares acercándose al forte en la parte de mayor clímax de la melodía, pero sin cambios bruscos de volumen.
Como ejemplos significativos podemos escuchar los temas principales de Titanic, Gosht o La lista de Schindler, pero prácticamente en cualquier película hay momentos de gran intensidad emocional reforzados por la música.

V)          Ilustrar el carácter de un personaje:
A menudo la melodía sirve para identificar un personaje determinado. El carácter de esta melodía coincide con sus cualidades principales; puede ser alegre, melancólica, insinuante etc... Muchas veces sabemos que ese personaje va a aparecer porque antes oímos la melodía que le identifica; incluso puede sugerirse su presencia sólo con la música, sin que le veamos. Este recurso proviene de la ópera y se conoce como leitmotiv. Esta técnica del leitmotiv fue adaptada al cine por compositores pioneros como Max Steiner, autor de la banda sonora musical de Lo que el viento se llevó y Casablanca, entre otras.
El leitmotiv se identifica con el personaje porque suena la primera vez que vemos ese personaje y queda asociado a él. A partir de ese momento puede volver a repetirse de manera idéntica cada vez que aparezca el personaje o puede tener variaciones. La variación consiste en repetir un motivo musical cambiando alguno de sus elementos. Se puede variar el compás, los instrumentos, el tempo, algunas notas etc., pero a pesar de ello siempre reconoceremos el tema que sirvió de modelo inicial. Esto suele hacerse para adaptar ese tema a las situaciones que va viviendo el protagonista.
Un leitmotiv no sólo se puede identificar con una persona sino también con un sentimiento o una emoción.
Un leitmotiv internacional e intemporal es el que para siempre quedará asociado a la serie de dibujos animados La pantera rosa, una melodía misteriosa y refinada mezclada con el estilo del jazz que encaja a la perfección con el carácter de ese felino. La sensación de misterio a través de la música a menudo va asociada a una melodía cromática, es decir una melodía compuesta por semitonos. Además de en La pantera rosa, podemos observar muchos fragmentos cromáticos en cualquiera de las películas de Harry Potter.
Ejemplos más cercanos a nosotros y muy típicos son el de Star Wars, cuyo tema principal es una suma de los leitmotiv de cada personaje, o El señor de los anillos.


2.2.      EVOLUCIÓN DE LA MÚSICA COMPUESTA PARA CINE
Para componer la música de una película hay que conocer muy bien su argumento y tener muy clara la idea que el director quiere transmitir, ya que la música puede cambiar la manera en la que vemos una película.
Aunque la música de cine se asocia a la aparición del sonido en las pelícu­las (a finales de la década de 1920), ya en el cine mudo se escribían bandas sonoras. En los orígenes, era habitual encontrar a los intérpretes tocando bajo la pantalla de proyección.
Muchas teorías dicen que la utilización de música en un principio se debió a la ne­cesidad de contrarrestar el sonido que producían los viejos proyectores cinematográficos, e incluso el ruido de los propios espectadores; pero parece más probable pensar que la música se asoció a las imágenes por imitación de las obras de teatro, operetas y otros tipos de espectáculos anteriores a la aparición del cine.
Al inicio de la proyección se apagaban las luces y comenzaba una obertura de la orquesta, si la había, o del pianista, en locales con menos medios. Después, orquesta o pianista­ continuaban acompañando durante toda la proyección, tocando obras clásicas u obras enviadas por la distribuidora de la película junto con las bobinas de proyección.
Llegó un momento en que las piezas clásicas eran catalogadas en función del tipo de escena que podían acompañar mejor: marchas fúnebres, para las escenas tristes; música romántica y melódica, para las escenas de amor; acordes tenebrosos y sonidos graves para los instantes de misterio o terror etc.
Posteriormente, se comenzó a pedir a los compositores que crearan nuevas obras para acompañar las imágenes. En estos primeros tiempos, los costes económicos, tanto para la produc­ción de la banda sonora como para la contratación de las orquestas en los locales en los que se proyectaba el film, eran muy elevados.
Tras la implantación del cine sonoro, con “El cantor de jazz en 1828, se generalizó el empleo de la banda sonora musical, lo cual permitió abaratar costes ya que al estar la música incorpo­rada a la película no se precisaban músicos en la sala de proyección. A partir de entonces las com­pañías productoras de cine crean departamentos específicos de música y contratan a compositores, arreglistas, orquestadores, etc.
Es una época en la que todavía no existen unos patrones definidos sobre el modo de aplicar la música al cine, excepto en las películas musicales.

2.2.1.   los primeros compositores: la década de 1930
A partir de los años treinta, los compositores cobran mayor importancia en los departamentos musicales de las compañías productoras. Dos compositores austríacos, Max Stei­ner y Erich Wolfgang Korngold son las dos figures clave de esta etapa.
Max Steiner, comenzó a trabajar en el cine mudo tras llegar a Estados Unidos, en 1913. Escribió la música de películas como KingKong (1933). Fue un compositor fundamental que afrontó todo tipo de estilos musicales. Entre sus bandas sonoras más conocidas como Lo que el viento se llevó (1939) o Casablanca (1943).
Con estos dos autores se empieza a definir el método de composición basado en el “leitmotiv” que mencionábamos anteriormente.

2.2.2.  la década de los 40
Mientras Europa estaba envuelta en la Segunda Guerra Mundial, Hollywood conseguía que la industria cinematográfica fuera una de las más prosperas de su país. Aparecen nuevos compositores de talento que dan al cine una música de calidad, con lo que la banda sonora adquiere importancia propia dentro del proceso de creación de la película. Además, mejoran las técnicas ­de grabación y reproducción del sonido.
Entre estos nuevos compositores, podemos citar a los siguientes:
·    Alfred Newman. compuso la música que suena cada vez que comienza una película de la Fox. Estuvo nominado 36 veces al Oscar y lo consiguió en nueve ocasiones.
·    Miklos Rozsa. De origen húngaro, compuso casi cien bandas sonoras. Destacan Ben-hur, El ladrón de Bagdad y El libro de la selva.
·    Bernard Herrmann. Posiblemente, el más respetado de todos los com­positores cinematográficos.. La sólida formación musical de Herrmann le permitió tra­bajar películas muy diferentes entre sí: Ciu­dadano Kane, Ana y el rey de Siam, Con la muerte en los talones o Psicosis son algunos ejemplos. Esta última es, quizás, una de sus obras más apreciadas e imitadas, por su inquietante y tensa música y la fascinación que causa el pasaje de la muerte de la protagonista en la ducha.



2.2.3.  la década de los 50
En las dos décadas siguientes a 1950, la música de cine pasa por un proceso de renovación incorporando estilos no sinfónicos a la música. En primer lugar, el jazz y, posteriormente, el rock y otros estilos comienzan a utilizarse como música instrumental para crear la banda so­nora de muchas películas.
En este momento empieza a implantarse la costumbre de crear una canción para los títulos de crédito iniciales.  Esto lleva a que en muchos casos se acabe construyendo toda la banda sonora a partir de la melodía de la canción.
Los autores más destacados de esta época serían:
·    Malcolm Arnold. Es el autor de una de las melodías más silbadas de la historia del cine, El puente sobre el río Kwai.
·    Elmer Bernstein. Compuso más de doscientas partituras para cine con diversos estilos musicales como Los siete magníficos, Los diez mandamientos, o Los cazafantasmas, entre otras.
·    Nino Rota. Sus partituras más populares quizás sean El padrino y Romeo y Julieta.

2.2.4.  la década de los 60
Desde los 60, la competencia con la televisión dio lugar a la producción de películas de gran espectacularidad y formatos de pantalla grande, como el cinemascope. En lo musical asistimos a la incorporación de la música ligera al cine. Se trata de usar diversos estilos populares que están de moda  en el momento como eje sobre el que crear la banda sonora.
En esta línea, Henry Mancini es el compositor más destacado y popular. Sus títulos más conocidos son La pantera rosa, y  Desayuno con diamantes.
Mientras esto ocurría en América, en Europa encontramos dos compositores fundamentales que también mezclan estilos populares en sus composiciones:
·    John Barry. Alcanzó la popularidad con sus trabajos para la serie del agente James Bond. Pero junto a esas melodías más “modernas” desarrolló una línea de composición más sinfónica que emplea la cuerda para crear tranquilas y rela­jadas melodías. La culminación de esto se verá en los 80-90 con obras como Memorias de África (oscar a la mejor banda sonora en 1985) o Bailando con lobos (Oscar en 1990).
·    Ennio Morricone. Es uno de los compositores cinematográficos más apre­ciados de todos los tiempos, y también uno de los más prolíficos, con más de cuatrocientas bandas sonoras que recorren todos los géneros cinemato­graficos, desde el drama a la comedia, pasando por el cine social y político, cine de terror y, por supuesto, el western, para el que creó un nuevo tipo sonido que marcó su carrera en películas como La muerte tenía un precio o El bueno, el feo y el malo. Su  obra es muy extensa y abarca desde películas de poco presupuesto hasta grandes superproducciones. En todos los casos su música tiene una calidad melódica y una capacidad para emocionar única. Así lo podemos percibir en Cinema Paradiso o La misión. Esta última ganó un oscar en 1986 a la mejor fotografía y estuvo nominada a otros seis, entre ellos mejor película, mejor director, mejor montaje y mejor banda sonora.


2.2.5.  de los setenta a la actualidad
Al comienzo de la década de los setenta nos encontramos con un panora­ma en la música de cine muy amplio, que combina la música sinfónica con influencias de otros tipos de música, ampliándose las posibilidades con la incorporación de canciones e incluso con el encargo de bandas sonoras a compositores de pop y rock de fama reconocida. En casi todos los casos estamos hablando de un cine comercial, de consu­mo rápido, alejado del cine tradicional, que sigue apostando por bandas sonoras orquestales.
Figuras clave que comenzaron en esa década son:
·         John Williams. Puede considerarse el compositor más destacado de esta época y uno de los más notables de toda la historia del cine. A co­mienzos de los setenta inicia una etapa en la que pone música para gran­des producciones, y se orienta hacia la música sinfónica es­pectacular. Ese camino le llevará hasta sus trabajos para la trilogía La guerra de las galaxias, lo que le convirtió en el compositor más comercial e imi­tado del momento. Desde entonces se ha convertido en compositor fetiche para muchos, lo cual no es de extrañar ya que suyas son las bandas sonoras de: Superman, En busca del arca perdida, Indiana Jones y el templo maldito, Indiana Jones y la última cruzada, Drácula, Tiburón, E.T. el extraterrestre, Hook, Solo en casa, Parque Jurásico (todas), El imperio del sol, La lista de Schindler, Minority Report, Harry Potter (todas), Salvar al soldado Ryan, Inteligencia artificial, y un largo etc.
Desde pequeño estudió piano, además de trombón, trompeta y clarinete. En su escuela se encargaba de componer y arreglar la música de la banda y cuando le llegó el momento de hacer el servicio militar también fue él quien se encargó de componer y arreglar la música para la banda de su cuartel. Ha estado nominado 39 veces al Oscar a la mejor banda sonora y lo ha conseguido en 5 ocasiones con El violinista en el tejado, Tiburón, La guerra de las Galaxias, E.T. el extraterrestre y La lista de Schindler. Sus dos últimos trabajos, Munich y Memorias de una Geisha, han sido de nuevo nominados a los Oscar en 2006 pero no ha conseguido ninguno.
·         Jerry Goldsmith. Es el segundo gran compositor de esta época, a la misma o más altura de Williams, pues ha demostrado una enorme capacidad para sorprender con cada nueva partitura. La lista de títulos con grandes bandas sonoras es también muy larga, pero al menos hay que citar películas como Star Trek, Alíen, el octavo pasajero, El planeta de lo simios, La profecía,  Poltergeist, Gremlins, Rambo, Instinto básico, El primer caballero, Desafío total, Mulan, Air Force One, La momia etc.. Ha estado nominado 15 veces a la mejor banda sonora pero sólo lo consiguió en 1976 con La profecía.


Hoy en día continua ese gusto por las grandes bandas sonoras sinfónicas, pero cada vez es más habitual encontrar canciones conocidas como reclamo co­mercial de las películas, lo que conlleva, en muchas ocasiones, una doble ban­da sonora: la que crean las canciones y la que se escribe especialmente para cada escena.
Como compositores actuales significativos podemos citar nombres recientes como:
·   James Horner. Se ha convertido en uno de los compositores más comerciales, con El nombre de la rosa, Titanic,(Oscar en 1997) Leyendas de pasión, Braveheart etc..
·   Alan Silvestri. Es otro de los compositores encargados de poner música a algunas de las películas más comerciales: Forrest Gump y la trilogía de Regreso al futuro.
·    Danny Elfman. Procede del mundo del rock, pero se ha convertido en poco tiempo en uno de los compositores más solicitados por la industria del cine. Suyas son las bandas sonoras de Eduardo Manostijeras, Batman, In­dependence Day y Spiderman.
·    Hans Zimmer. Es un músico muy popular. Sus trabajos en grandes pro­ducciones como El príncipe de Egipto, El rey león (Oscar en 1994), Gladiator, Piratas del Caribe, El código da Vinci, El útlrimo samurai etc.. le sitúan también entre los más solicitados.
·    Alan Menen: Especializado en películas de dibujos animados ha obtenido varios Oscar: en 1989 por La Sirenita, en 1991 por La bella y la bestia y en 1992 por Aladdin.
·    Howard Shore: Es el compositor de moda en estos momentos tras su Oscar en 2001 por El señor de los anillos, y en 2003 por El señor de los anillos, el retorno del rey. Sus últimos trabajos son las creaciones para la saga Crepúsculo.

En cuanto a España, las dos últimas décadas del siglo XX han visto la apa­rición de numerosos compositores de gran talento. Entre ellos Alberto Iglesias con Lucía y el sexo, Todo sobre mi madre, Hable con ella, Los abrazos rotos o La piel que habito entre otras. En 2005 compuso la banda sonora de El jardinero fiel, lo que le valió una nominación a los Oscar a la misma altura que John Williams, aunque ninguno de los dos lo consiguió.

2.2.6.  El cine musical
Una mención aparte merece el cine musical, ya que en él la banda sonora es el elemento central en torno al que se desarrolla la película. Se pueden distinguir dos tipos:
1.      El ambientado en un cabaret, un teatro, etc., en el que los números musi­cales forman parte del mundo filmado (Cabaret, Ha nacido una estrella... ).
2.      El que contiene escenas en que los actores, en cualquier momento de la acción, bailan y cantan (Hair, Grease... ).
En 1929 se estrenó el primer ejemplo de cine musical: Melodías de Broadway. Consiguió tal éxito que en los siguientes años tuvo lugar una auténtica fie­bre por este tipo de películas.
En los años 30 los dioses del musical fueron Fred Astaire y Ginger Rogers, que han dejado para la historia algunas de las mejores esce­nas de baile. En los 40 y 50 Frank Sinatra, Judy Garland y, sobre todo, Gene Kelly, con Un americano en París y Cantando bajo la lluvia, protagonizaron algunas de las películas musicales más importantes de la época. El género comenzó a decaer en la década de 1950, pero se revalorizó hacia 1961 con West Side Story, a la que puso música Leonard Bernstein.
Desde los años 70 el genero musical ha dependido de largometrajes que tenían como protago­nista la música de algunos de los grupos modernos más importantes del momento, como !Qué noche la de aquel día! (The Beatles), El muro (Pink Floyd) o Quadrophenia (The Who)
En los últimos años el musical se ha vuelto a poner de moda y ha ganado en espectacularidad y presupuesto. Prueba de ello son Moulin Rouge, Chicago o El fantasma de la ópera.
También en las últimas décadas se han rodado algunos trabajos cuyo argumento es propia música recreada históricamente, pero estas películas que no pueden considerarse “musicales” : Amadeus, El profesor de música, Farinelli, Todas las mañanas del mundo, etc.